domingo, 26 de junio de 2011

Capítulo 2

Estaba en mi habitación cuando sonó el teléfono. Fue Thomas quien lo descolgó. Preguntó con un soñoliento “¿quién es?” y después me gritó para que lo cogiera yo. Me levanté de la butaca y salí de la habitación. ¿Quién podría ser? No esperaba ninguna llamada. Seguramente era algún obrero que se había olvidado algo. Cuando cogí el teléfono, una voz masculina me saludó como si me conociera de toda la vida.

- ¡Hola Sam! ¿No está tu madre en casa? – preguntó una voz vieja pero muy dulce

- N-no. ¿Quién eres? – pregunté un poco confusa.

- ¡Soy yo! ¡Dougie! ¿No te acuerdas de mí?

- La verdad es que no… - Intenté recordar su nombre, pero definitivamente, no me sonaba.

- Vaya. Creí que te acordarías de tu tío abuelo. Cuando eras tan solo un cachorrillo nos pasábamos el día entero jugando. ¿De verdad no te acuerdas? – su voz sonaba como si lo que acababa de decir tuviera una gran importancia para él.

- Lo siento, pero no tengo muchos recuerdos de cuando era bebé. ¿Por qué llamas? ¿Ha pasado algo?

- Supongo que no fui tan buen abuelo como yo pensaba. –dijo entre risas.- De hecho, sí, y por eso tengo que hablar con tu madre. ¿Sabes cuándo volverá? Es urgente.

- Creo que hasta la noche no volverá. ¿Qué ha ocurrido? – empezaba a ponerme nerviosa. ¿Qué habría pasado?

- Pues entonces te lo cuento a ti. Es tu abuela Gio. Dicen los médicos que su enfermedad ha empeorado a lo largo de este mes y que ya no pueden hacer nada… - su voz se quebró al decir esto último.

- ¿¡Qué!? ¿Enfermedad? ¿Mi abuela está enferma? – no podía ser cierto, mamá no me había dicho nada.

- ¿No lo sabías? Lleva así desde hace más de un año. – noté cómo le costaba decirme todo esto.

- No… Nadie me ha dicho nada. Nunca me dicen nada. – estaba muy enfadada con mi madre. ¿Por qué no me lo habían dicho? ¿A caso no tenía derecho a saberlo? ¡Es mi abuela! Y aunque hacía mucho que dejamos de verla, seguía siendo parte de mi familia y, yo, en el fondo la extrañaba mucho.

- ¿Sam? ¿Estás ahí?

- Si, si. Perdona, estaba procesando la información. ¿Podemos ir a verla? ¿En qué hospital está? ¿Le queda poco? ¿Qué enfermedad tiene?

- Tranquila Sam, poco a poco. Sí, podéis ir a verla. No está en ningún hospital. Cuando el médico le dio la noticia decidió irse a casa para pasar allí sus últimos días. No sabemos cuánto le queda, pero el médico no fue muy optimista al respecto. Y su enfermedad…. Los médicos dicen que es por el cáncer, pero yo estoy seguro que no es por eso.

- ¿A qué te refieres? ¿Eres médico? – noté cómo al preguntarle eso soltó una carcajada.

- No, desde luego que no lo soy. Pero sé que su vida empezó a apagarse el día que él se fue.

- ¿Qué día? ¿De quién hablas?

- De tu abuelo Tom.

No hay comentarios:

Publicar un comentario