sábado, 9 de julio de 2011

Capítulo 9. POV Sam

Después de que la abuela me contara la historia, bajé a comer algo y a hablar un rato con mi tío. Le encontré en la habitación más alejada de la casa. ¿Qué estaría haciendo? Estaba sentado en una silla, en medio del cuarto. Miré por toda la habitación, pero no vi nada.

- Esta era mi antigua habitación. – me dijo levantando la cabeza y mirándome.

- ¿Tú has vivido aquí?

- Sí, cuando aún éramos jóvenes. – y me sonrió. – Tuve una mala época y tus abuelos me acogieron en su casa. – dejó de sonreír y yo me acerqué. Entonces me acordé de algo que me había dicho mi abuela.

- ¿El abuelo tocaba bien la guitarra?

- ¿No lo sabías? – y su dulce sonrisa volvió a aparecer.

- No. Mi madre nunca me habló de él. – se levantó de la silla y me abrazó.

- Tu abuelo era uno de los mejores guitarristas de nuestra generación. Espera, ahora vengo.

Salió de la habitación y me quedé sola, mirando por la ventana. Desde ahí se podía ver el jardín. Ahora estaba un poco descuidado, pero yo recordaba que era muy bonito, lleno de flores y animales. Me quedé pensativa hasta que una voz me asustó. Era mi tío, que ya había vuelto con un ordenador portátil. Lo abrió y me dijo que me acercara.

- Escucha. – y empezó a sonar una canción.

Lo primero que escuché fue un par de guitarras. Luego se escuchó la batería y una voz. Se notaba que era de un chico bastante joven. Después empezó a cantar otra voz completamente diferente. ¿Sería alguna de esas voces la de mi abuelo? Esperé a que terminara la canción.

- Se llama That girl. Es una de las primeras canciones que tu abuelo escribió. – me quedé perpleja. ¿Mi abuelo también había escrito canciones?

- ¿Qué más sabes de mi abuelo? En la canción hay más voces e instrumentos. ¿Tenía un grupo? – y vi que su mirada se iluminó.

- Creo que te tengo que contar muchas cosas.

- ¡Cuéntamelas, por favor!

- Vale, pero aquí no. Vamos al salón. – y nos dirigimos al gran sofá, donde nos pusimos cómodos.

- Quiero saberlo todo. ¡Cuéntamelo! – y Dougie soltó una carcajada.

- Tú abuelo fue miembro de una banda.

- ¿Cómo se llamaba? – le pregunté sin dejarle continuar.

- Mcfly.

- Pues la verdad es que no me suena.

- Lo sé, hace mucho que no suenan nuestras canciones.

- ¿Vuestras canciones? ¿Tú también? ¿Por qué no me lo has dicho antes? – y le miré perpleja.

- Sí, yo era el bajista. – y su expresión pasó de alegría a orgullo.

- ¿Y mi abuelo?

- Él era el guitarrista y cantante, junto a Danny, que era el otro guitarrista.

- ¿Y quién tocaba la batería?

- Harry. – y empezó a reírse.

- ¿Qué pasa?

- Por una parte me hace gracia que nos acabes de descubrir, pero también me apena. Hace muchos años que no tocamos. Desde que… - y no terminó la frase.

- Desde que mi abuelo murió. Lo siento.

- No te preocupes pequeña.

- ¡Ponme otra canción! ¿Cuántos discos tenéis? ¿Erais famosos?

- Tranquila, tenemos todo el fin de semana para que te lo cuente todo. – dijo señalando la mochila que había dejado yo antes en el suelo.

- Tienes razón. ¿Tienes hambre?

- Me muero de hambre. ¿Sabes cocinar?

- Algo sé hacer. Espera aquí. Hago la comida y me sigues contando.

Y mientras yo me dirigía a la cocina, mi tío Doug puso otra canción. Tenía mucho ritmo, así que entré en la cocina bailando, mientras oía la risa de Dougie.

Después de comer, Dougie siguió contándome cosas de ellos. Me dijo que mi abuelo iba a pertenecer a otra banda, pero que al final le dijeron que no y entonces formó el grupo que iba a cambiar sus vidas, la de los cuatro. Ninguno se conocía antes de ser Mcfly, cada uno fue llegando en un momento concreto. A Danny lo conoció por casualidad, y después de estar un tiempo juntos, componiendo canciones, llegaron Harry y Dougie. Me reí mucho cuando me dijo que él fue porque vio un anuncio en una revista y que cuando vio a mi abuelo y a Danny entrar, vomitó. La verdad es que no me imaginaba a mi tío asustado y tímido, parecía todo lo contrario.

Me puso más canciones. Había algunas que me hacían llorar, eran demasiado bonitas. En cambio, otras me hacían saltar y bailar. Tenían canciones muy buenas. Cuando llegó a una canción la pasó rápido. Parecía que no quería escucharla. Le miré para averiguar por qué lo había hecho, pero giró la cara y se limpió un par de lágrimas que se le habían escapado.

- ¿Por qué no subes un rato con tu abuela? Seguro que ya se ha despertado.

- Sí, sí. Que me tiene que seguir contando cosas. – y le di un beso en la mejilla.

Subí corriendo las escaleras y me paré en la puerta. Entré sin hacer ruido por si seguía durmiendo, pero cuando asomé la cabeza vi que ya estaba despierta. Se había erguido un poco y estaba observando la foto. Cerré la puerta y me tumbé en la cama. Le di un beso y me acurruqué a su lado.

- Me ha dicho Doug que el abuelo y él tocaban en un grupo. Me ha puesto canciones y la verdad es que, ¡son geniales!

- Sí, eran muy buenos. – me dijo apenada.

- ¿Qué te parece si me sigues contando vuestra historia?

- Me parece una gran idea. Deja que recuerde. ¡Ah! Te contaré la primera vez que me besó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario